100 millones de años tiene el esperma más antiguo conocido

100 millones de años tiene el esperma más antiguo conocido hasta el momento. Se trata de un resto de esperma encontrado en una hembra de un pequeño crustáceo de la era cretácica. Un pequeño ser que quedó encerrado en una gota de ámbar. Una forma de conservación que ha permitido que llegue a nuestros días. Facilitando con ello, la investigación de la reproducción animal en especies extintas.

Esto es, al menos, lo que de ha publicado en la prestigiosa revista Proceedings of Royal Society B. Un artículo que hemos podido conocer en España gracias a la labor de divulgación que el diario 20 minutos realiza en este ámbito.

En Proiser consideramos que es importante que la población general conozca cuantos avances se produzcan en el ámbito de la reproducción. Incluso cuando estos hallazgos no están directamente relacionados con la generación de nuevos seres humanos. Por ello, traemos hoy aquí un resumen de esas nuevas aportaciones que se han desarrollado en lo que a estudio de los espermas animales se refiere.

El esperma de 100 millones de años

El espécimen de crustáceo en el que se ha encontrado la muestra de esperma de 100 millones de años, pertenece a una especie hasta ahora desconocida. Una especie bautizada con el nombre de Myanmarcypris hui. Y que, al parecer, pertenece a su vez a la clase de los ostrácodos.

La localización de este resto de esperma fue fortuita. Y es que, entre los restos del crustáceo fosilizados en ámbar, los investigadores localizaron una hembra. Posteriormente, descubrieron que en el interior de su tracto reproductivo había células espermáticas gigantes. Lo que al datarlo, hizo que la muestra se convirtiera en el fósil más antiguo en el que se han identificado de forma concluyente células de esperma.

Ostrácodos y el esperma de 100 millones de años

Según explican los portavoces de la Universidad alemana Ludwig-Maximilians, una de las firmantes del estudio, los ostrácodos existieron durante 500 millones de años.

Su estudio ha sido importante. Pues ha permitido que se haya descrito a miles de especies modernas. Y es que encontrar caparazones fosilizados de estos crustáceos no es algo raro en zonas como Myanmar, donde se han realizado estas investigaciones.

Sin embargo, la principal novedad en esta ocasión es que los restos encontrados conservaban sus órganos reproductivos. Y con ellos el esperma que contenían. Lo que supuso un importante hallazgo. Y es que con ello

 

Esperma de 100 años y nuevas tecnologías

Para su estudio, fue necesario contar con tecnología de última generación. Y es que para poder acceder a esta información fue necesario reconstruir con rayos X en 3D imágenes asistidas por ordenador. De esta manera, se pudo saber cuánto contenía en su interior el ámbar. Estas  imágenes revelaron detalles de la anatomía de estos animales que hasta el momento se desconocían. Por ejemplo, la forma de sus diminutas extremidades o cómo eran sus órganos reproductivos.

La suerte además, estuvo de parte de los investigadores. Y es que uno de los ejemplares era hembra. Y ésta conservaba en su interior esperma de un acto reproductivo anterior a quedar fosilizada. De ahí que se pueda decir que 100 millones de años tiene el esperma más antiguo conocido. Por lo que esta muestra ha pasado a ser la más antigua de todas las que se conservan hasta el momento.

En Proiser sabemos lo importante que es conocer todos los detalles posibles sobre la fecundación de especies que ya se extinguieron. Pues nos permiten poder recuperarlos cuando se estime oportuno.